Francia / Italia - Alpitrail

Desde el vamos, comenzamos con a trepar hacia las alturas. Los paisajes que nos rodean son espectaculares. Nos dirigimos rumbo a Risoul y de ahí hacia el paso d’Agnel, donde las vistas hacia el macizo nos dejarán boquiabiertos. El pico de la Font Sancte (a 3.387 msnm), la cima del Saume (3.035 msnm) y el Péoouvou (3.233 msnm) parecen tocar el cielo. Las verdes praderas y los bosques de alerces típicos de los Alpes del Sur han quedado atrás dejando paso a un paisaje más rudo. La vegetación escasea realzando la sensación de inmensidad. Si uno se separara del grupo tendría la impresión de estar solo en este mundo, a pesar de las marmotas omnipresentes a lo largo de la expedición. Luego, nos acercaremos a Saint-Véran, en la entrada del Parque Regional de Queyras: la comuna habitada más alta de todo Europa (a 2.040 msnm).
A partir de aquí, una ruta asfaltada nos llevara serpenteando hacia el valle. Luego, un camino agradable entra en el majestuoso Val Mayra. Esta etapa se termina en un rincón de la montaña piamontesa, donde cultura y gastronomía son los protagonistas.
Alojamiento en hotel.

El recorrido sigue rumbo al sur, hacia la provincia de Cuneo.
Aquí tendremos que pasar por unos tramos inestables que se aferran al paso de Tende, donde las piedras lajas sueltas no dejarán de sorprendernos. ¡Aquí, y como siempre, toca concentrarse! Estamos en el comienzo de la famosa ruta real, la “Real Strada”. Se tardó más de un siglo y medio, entre 1650 y 1780, en transformar esta pista para mulas en un camino transitable rebautizado, “Ruta de la sal”. Rápidamente, este paso estratégico se convirtió en un eje económico para facilitar y controlar el intercambio de mercancías entre las dos vertientes alpinas, y en especial, el comercio de la sal.
Este emocionante recorrido desemboca en Nava, una región abierta al mar, donde las temperaturas son más altas y el cambio de paisaje radical.
Alojamiento en hotel.

Nuestro trazado deja atrás la suave Liguria y se dirige rumbo al oeste para retomar la “Ruta de la Sal” y disfrutar de las maravillas de paso de Tende.
El camino llega a Fort Central, una de las seis construcciones militares levantadas en el valle de la Roya entre el 1800 y el 1900 por un militar italiano y que sirvieron de refugio diversas tropas hasta finales de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de un impresionante monumento de piedra tallada que, en su momento, constituía una de las piezas claves para la protección de la región.
Más abajo, se puede acceder al fuerte de la Margarita con un vehículo tradicional tomando un camino espectacular con 41 curvas cerradas y unos pocos kilómetros.
Alojamiento en hotel.

El recorrido de hoy une los Alpes italianos con los Alpes franceses para llegar al paso de Lombardía, atravesando el valle del Stura di Demonte bajo los pinos de la vertiente norte. Desde estas alturas, podremos disfrutar de unas vistas sobre los techos de piedra laja, típicos de la arquitectura italiana de esta región. Seguimos avanzando por un paisaje de montaña, verde y al mismo tiempo lunar, hasta llegar a la estación de esquí Isola 2000.
Como por arte de magia, se abren ante nosotros las puertas del parque nacional del Mercantour, con sus pinos centenarios doblados por el frío viento. Nos adentramos en un bosque de aires mágicos. Los árboles susurran a nuestro paso. Una vez que hayamos salido de este bosque encantado, nos dirigiremos hacia el paso de la Bonnette a 2.360 msnm. Se trata del paso de montaña más alto de toda Europa. Luego comenzaremos a bajar hacia el valle del Ubaye. Nuestro camino se abre paso entre las coníferas y se alza por una serie de curvas sinuosas hacia el famoso paso de Parpaillon y hasta el túnel que se encuentra en la cumbre; frío y oscuro, el túnel parece tragarse al grupo de moteros. Con las luces de sus motos dirigidas hacia la minúscula luz al final del túnel, los pilotos sortean baches y charcos. El legendario paso de Parpaillon se sitúa entre los departamentos Alpes de Haute-Provence y Hautes-Alpes y culmina a 2.780 msnm en una cresta de montaña que separa el valle del río Durance del valle del Ubaye. Aquí, más que nunca, se podrán impregnar del típico ambiente de alta montaña, con sus praderas, rocas, conos de piedras caídas… En esta vertiente norte, no hay un alma hasta que nos volvamos a topar con el asfalto y la civilización en el pueblo de Chalp.